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La motivación de logro se considera como la necesidad que tiene todo ser humano de lograr cualquier cosa en la vida. Es la persistencia por hacer realidad las aspiraciones, ambiciones y sueños, poniendo todo el esfuerzo en el desempeño para recibir una evaluación de acuerdo a ciertos estándares de excelencia.
Este tipo de comportamiento se conoce como orientado al logro. Esta motivación surge de conocer las propias responsabilidades y los resultados cuando el fracaso o el éxito son fruto de los propios esfuerzos.
El objetivo principal es triunfar, dar lo mejor de uno mismo en relación con los estándares de excelencia cuando se compite con otros. Este tema se ha convertido en un tema de gran preocupación en todos los ámbitos de la vida y las actividades humanas, desde la educación hasta la industria, la sociología y las actividades empresariales. Los historiadores, economistas y otras personas interesadas en el desarrollo económico también se interesan por este tema.
La motivación por el logro también ha sido de gran interés para los psicólogos desde el surgimiento de la psicología como disciplina científica (es decir, a fines del siglo XIX). William James reconoció que el esfuerzo por alcanzar la competencia está correlacionado con la autoevaluación.
La motivación del logro es un tema de gran interés en la ciencia de la psicología, especialmente la psicología educativa, la psicología industrial, la psicología organizacional, la psicología del desarrollo y muchas otras.
Según la investigación realizada por el Instituto Nacional de Biotecnología del NCBI, sus estudios se relacionan con el éxito y las implicaciones para la motivación del logro.
He aquí por qué algunos estudiantes están desmotivados y no pueden poner todo su esfuerzo en estudiar.
1. Un estudiante podría considerar que el curso no tiene valor .
Aunque el curso puede ser objetivamente valioso, si los estudiantes no comprenden su valor, no se comprometerán a estudiarlo. Por otro lado, si los estudiantes encuentran que el curso coincide con sus intereses y preocupaciones, entonces hay mayores probabilidades de que se comprometan a estudiarlo.
2. Los estudiantes no creen en sus habilidades.
Si piensan que, aunque lo intenten, no alcanzarán el éxito deseado, su motivación puede verse afectada por la dificultad del curso o puede que tengan una mentalidad fija en lugar de una mentalidad de crecimiento. Las personas con una mentalidad fija piensan que sus habilidades, talentos e inteligencia nacen con ellos en lugar de desarrollarse con el trabajo duro, por lo que las probabilidades de abandonar sin siquiera intentarlo son mayores.
3. La estructura y distribución de premios desmotivan a los estudiantes.
Esta desmotivación puede darse por varias razones. En primer lugar, si el trabajo y el esfuerzo de los estudiantes no se ven recompensados, es muy probable que pierdan la motivación. En segundo lugar, abandonarán la tarea si el tiempo y el esfuerzo invertidos en ella no se corresponden con los puntos que obtienen.
En tercer lugar, abandonarán un elemento específico de una tarea si no reciben la retroalimentación adecuada (por ejemplo, si un profesor pide a los estudiantes que presenten argumentos originales, pero los evalúa en función de su organización y mecánica).
Los estudiantes pueden perder la motivación para esforzarse por sobresalir si el instructor no les deja clara la diferencia entre ser excelente y dar un mal desempeño. Además, si los estudiantes creen y ven que los criterios de calificación son imprecisos e inmerecidos, es muy probable que se desmotivarán.
4. No hay suficiente apoyo.
El ambiente del aula, que incluye el entorno intelectual, social, emocional y físico, todos estos elementos pueden aumentar la falta de motivación de los estudiantes. Sin embargo, si el ambiente del aula es de apoyo y estímulo, aumentará su motivación.
5. Los estudiantes tienen otros intereses en los que centrarse.
Cuando se enfrentan a múltiples tareas al mismo tiempo, entonces se inclinarán a perseguir algunos objetivos y dejar otros de lado.
Los estudiantes universitarios tratan de equilibrar sus objetivos: académicos (conferencias y clases), preprofesionales (conferencias y ferias de empleo), sociales (amigos y citas) y físicos (tener la cantidad adecuada de sueño y ejercicio).
Los instructores deben estructurar los cursos para mantener a sus estudiantes motivados a pesar de que sus otros objetivos invadan su tiempo, energía y atención.
6. Algunos estudiantes pueden tener problemas físicos, mentales u otros problemas personales, lo que disminuye su motivación.
Los problemas de salud física o mental, el abuso de sustancias o cualquier otro problema personal interfieren en la participación de los estudiantes en un curso. La depresión disminuye su energía, el trastorno bipolar aumenta su iniciativa pero causa problemas para completar las actividades o para realizarlas con un objetivo.
Estos trastornos pueden afectar su comportamiento provocando que falten a clases, lleguen tarde, se duerman en clase, pierdan tareas o no respondan correos electrónicos y cambien su apariencia o comportamiento.
Según una investigación realizada por la Universidad de Carolina, explican por qué los estudiantes de secundaria carecen de motivación en el aula. Según otro estudio realizado por la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares, ofrecen información sobre por qué los estudiantes están desmotivados y qué pueden hacer los profesores.
La falta de motivación es algo inevitable para todos en algún momento de la vida. En el caso de los estudiantes, esto puede provocar un aumento espectacular de su rendimiento escolar y de sus estudios. Si no se controla, esto producirá resultados negativos a lo largo del año académico o, peor aún, puede conducirlos a una espiral descendente de desmoralización.
La falta de motivación puede ser un motivo de gran preocupación para los estudiantes. Algunos estudiantes desarrollan desmotivación debido a sus miedos a fallar en clase. Si tomamos un ejemplo, solo en el estado de California, las estadísticas revelan que más del 40% de los estudiantes han perdido el interés por aprender.
¿Cómo se relaciona con el ambiente del aula? Si los estudiantes no están presentes ni interesados en la clase, pueden terminar desarrollando estallidos de comportamiento negativo. Este tipo de problemas afectan negativamente a otros estudiantes en el aula al hablar, dormir, etc.
¿Cómo afrontan los padres esta situación en sus hogares? En ocasiones, la falta de motivación parece ser una conducta evasiva, una respuesta de afrontamiento debida al dolor relacionado con sus esfuerzos, pero que fracasa repetidamente a pesar de haber dado su máximo esfuerzo. En consecuencia, conduce a una falta de motivación en la escuela. Esto puede crear problemas y conflictos entre padres e hijos, generando enfrentamientos en las familias.
Cuando los estudiantes pasan por tales experiencias, pierden el interés en actividades sociales, deportes, funciones familiares, etc. Lo que es peor, pueden desarrollar depresión y abuso de sustancias, lo que hace que los estudiantes abandonen la escuela.
Se trata de una reacción en cadena negativa que va de un resultado negativo a otro: el abandono escolar, el empleo mal remunerado y la mala calidad de vida. Las personas de nivel socioeconómico más bajo tienen mayores probabilidades de participar en actividades delictivas.
Los docentes se enfrentan a retos y uno de los mayores y más importantes es motivar a sus alumnos. Un alumno desmotivado no aprende de forma eficaz. Para ellos es difícil retener la información y ser activos durante la clase, incluso pueden llegar a ser disruptivos durante la misma.
Las razones pueden ser la falta de interés en la materia o que los métodos de enseñanza no les resulten interesantes. Otros factores pueden ser la dificultad para aprender y, en esos casos, es necesario prestarles una atención especial.
Aunque motivar a los estudiantes es una tarea difícil, los resultados valen la pena. La motivación hace que los estudiantes aprendan y se comprometan durante la clase. En pocas palabras: una clase llena de estudiantes motivados brinda satisfacción tanto a los maestros como a los estudiantes. Algunos estudiantes son automotivados , tienen un amor natural por el aprendizaje y alcanzan su máximo potencial, incluso los estudiantes que carecen del impulso natural para aprender.
Hay cinco pasos que un profesor puede seguir para inculcar el amor por el aprendizaje en sus alumnos.
1. Animar a los estudiantes. Los estudiantes necesitan recibir comentarios positivos de sus profesores para progresar durante el año escolar. Necesitan una comunicación abierta y un pensamiento libre con sus profesores y compañeros para sentirse importantes. Si el aula es un ambiente cálido, donde se escucha y respeta a los estudiantes, estarán ansiosos por aprender. Un "buen trabajo" y un "bien hecho" pueden ser la clave.
2. Haz que participen. Hacer que participen durante la clase les enseñará a ser responsables. Compartir una tarea en particular con cada estudiante puede hacer que la clase sea divertida. Dales responsabilidades como decorar el aula, mantenerla limpia o pedirles que se turnen para leer. Pídeles que trabajen en grupo y fomenta el trabajo en equipo. Cuando los maestros les dan a sus estudiantes un sentido de pertenencia, esto hace que se sientan realizados y sean una parte activa de la clase.
3. Dales bonificaciones. Lo que acabamos de mencionar puede animar a los estudiantes a participar, pero las recompensas pueden ser el empujón adicional que necesitan. Las recompensas hacen que el aprendizaje sea divertido. Pueden variar de pequeñas a grandes, como dar privilegios especiales a los mejores de la clase. Al recompensar a tus estudiantes, les haces sentir realizados y con un objetivo en mente.
4. Sea creativo. En lugar de aplicar una conferencia monótona, intente enseñar a través de juegos y discusiones, hágalos participar en debates, utilice ayudas visuales, gráficos, diagramas y videos. Hoy en día, los maestros pueden aplicar películas relacionadas con un libro o tema. No haga que su clase física sea aburrida, use carteles, maquetas y proyectos de los estudiantes para darle vida y crear un ambiente alentador.
5. Establezca conexiones con la vida real. Los estudiantes pueden preguntar "¿Cuándo necesitaré esto?" Esto sugiere que no están interesados. Si piensan que es irrelevante para su vida y la realidad en la que viven, simplemente no aprenderán. Por ejemplo, el álgebra está relacionada con la ingeniería y la necesitarán en su carrera. Muéstreles cómo las personas reales en la vida real usan las materias que aprenden en la escuela. Cuando se den cuenta de cómo se aplican estas materias en la vida real, entonces estarán más ansiosos por aprender.
Según algunos estudios, los investigadores han descubierto que los estudiantes que no creen en sus habilidades académicas o piensan que no pertenecen a sus escuelas debido a sus antecedentes particulares, pueden quedarse atrás o fracasar en la escuela, a pesar de sus habilidades, inteligencia o calidad del proceso educativo. Pero se puede alentar psicológicamente a los estudiantes a realizar esfuerzos decididos para enfrentar los desafíos académicos.
Cuando se consideran “estúpidos”, la solución correcta no es decirles que son “inteligentes”, sino hacerles entender que ser “inteligente” o “estúpido” no tiene nada que ver con el éxito.
Investigadores como David Paunesku de la Universidad de Standford descubrieron que aquellos estudiantes que tenían una fuerte creencia de que el trabajo duro puede mejorar sus habilidades académicas tenían un mejor rendimiento académico.
Según la investigación realizada por la psicóloga Carol Dweck, ella relata según sus estudios y conocimientos que en una mentalidad de crecimiento, las personas creen que sus habilidades más básicas se pueden desarrollar a través de la dedicación y el trabajo duro.
Por otra parte, los estudiantes pueden llegar motivados a clase, pero los métodos de enseñanza y el comportamiento del profesor, el temario, la naturaleza de la tarea y la relación entre profesor y alumnos pueden tener un impacto directo en el nivel de motivación del alumno. Los profesores pueden marcar la diferencia en lo que respecta a la motivación.
Hoy en día, en el mundo en que vivimos, con el gran avance de la tecnología y la ciencia, las formas de motivación de los estudiantes están cambiando y seguirán cambiando con el tiempo.
Los estudiantes están más apegados a prioridades de vida como el trabajo, la familia y las necesidades emocionales y psicológicas que a su educación. Hoy en día, la educación se ha mercantilizado, se considera un consumo en lugar de un proceso en el que participar.
Según la Asociación de Colegios y Universidades de Estados Unidos, en Grandes Expectativas (AA&U 2002), los estudiantes deben convertirse en arquitectos conscientes de su educación, deben fijar metas activamente, explorar, reflexionar y utilizar los conocimientos que han aprendido y experimentado en el mundo en el que viven.
Los profesores pueden utilizar diferentes estrategias durante la clase para mejorar el aprendizaje y la participación de los estudiantes.
Los estudiantes son propensos a realizar actividades que estiman y esperan que tengan éxito.
Saque partido de sus necesidades. Los estudiantes se sienten motivados y tolerantes cuando el curso satisface sus necesidades, como completar algo, adquirir nuevas experiencias, mejorar sus habilidades, superar desafíos, volverse más competentes y ser parte de la sociedad. Satisfacer este tipo de necesidades es gratificante en sí mismo.
1. Dales retroalimentación lo antes posible.
Muéstreles algunos datos sobre su progreso y dónde necesitan realizar mejoras.
2. Recompensa el éxito.
La retroalimentación positiva y negativa tiene una influencia directa en la motivación. Según la investigación realizada por el Centro Nacional de Información Biotecnológica del NCBI, la retroalimentación positiva y el éxito son los que más afectan a los estudiantes.
3. Dígales cómo se calificará su trabajo.
Muéstrales información específica sobre quién calificará su trabajo y qué material deben utilizar en sus trabajos, dales ejemplos de trabajos de estudiantes anteriores. Si entienden qué es un trabajo de calidad, es más probable que se motiven a dar lo mejor de sí.
4. Sea específico al dar retroalimentación negativa.
Los comentarios negativos pueden destruir la confianza que tienen en sí mismos, solo deje en claro que su comentario está relacionado con una tarea en particular y no con el estudiante como persona. Intente dar comentarios positivos o felicitarlos sobre otros aspectos de la tarea que hayan realizado con éxito.
Según la investigación realizada por científicos del Centro Nacional de Biotecnología del NCBI, comparan la retroalimentación negativa y positiva sobre el aprendizaje.
5. Nunca hagas comentarios despectivos.
Sé comprensible en las palabras que eliges cuando hagas comentarios para no herir sus sentimientos y destruir su autoestima .
6. No responda las tareas a los estudiantes con dificultades, esto les impedirá pensar por sí mismos.
Puede utilizar un método diferente, como preguntarles sobre una posible solución, aliviar su ansiedad por no tener la respuesta correcta y cambiar su enfoque al problema dado, o puede pedirle al estudiante que diga todo lo que sabe sobre el problema o la tarea.
7. No olvides elogiarlos por cada pequeño e independiente paso.
La implementación de estos pasos hará que los estudiantes comprendan que está bien no tener una respuesta instantánea a los problemas. Al mismo tiempo, aprenderán a tener paciencia para trabajar a su propio ritmo. Esto les dará una sensación de logro y confianza que solo aumentará su motivación para aprender.
Los veteranos militares se inclinan a volver a estudiar gracias a los beneficios que estipula la ley GI Bill posterior al 11 de septiembre, pero los veteranos que regresan tienen que lidiar con muchas inseguridades. Lo mismo le ocurrió a Jake Johnson, que regresó a casa después de servir en la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
La vida en el ejército requiere una disciplina fuerte y rígida, y la libertad que Johnson experimentó después de terminar su servicio en el ejército fue un tanto abrumadora al principio.
Sin embargo, la experiencia, disciplina y ética de trabajo que adquirió durante su servicio dieron resultados positivos en su carrera académica, tras aprender a dar órdenes por sí mismo.
Él relata: "Me sorprendió lo fácil que me resultó sentarme y hacer mi trabajo. Creo que mucho de eso se debe a que los militares me acostumbraron a recibir órdenes y a cumplirlas".
Obtuvo su título universitario de Rasmussen College en 2012 con un título de asociado. Actualmente trabaja como oficial de policía en Arkansas. Su experiencia militar y lo aprendido durante su formación académica le resultaron de gran utilidad en su trabajo actual.
Los instructores deben tener presente y tomar en consideración no sólo el nivel de motivación sino incluso la forma y manera en que se motiva a un estudiante, si está más motivado intrínsecamente o extrínsecamente.
Los instructores pueden usar este conocimiento para impulsar a sus estudiantes hacia adelante, pero suavemente hacia una mayor motivación interna y desarrollar en ellos el sentido de competencia y de estar a cargo de sus estudios, haciendo simultáneamente todo lo posible para involucrar a sus estudiantes con contenido más interesante y relevante.
El rendimiento académico de los estudiantes está directamente influenciado por su motivación. Es cierto que hay estudiantes dotados de habilidades para aprender, pero los profesores también deben desempeñar un papel crucial en su motivación. Su impulso puede decaer, en esos casos es necesaria la intervención del profesor. Son ellos quienes deben crear un entorno de apoyo que facilite el aprendizaje de los estudiantes mediante apoyo externo.
Su deber se percibe cuando se trata de apoyar la autonomía de los estudiantes, la relevancia, la relación, la competencia, los intereses de los docentes y la autoeficacia en el desempeño de sus trabajos.
Aunque los estudiantes pueden tener motivadores internos o externos, el papel del docente en brindar el apoyo adecuado para su aprendizaje, creando y manteniendo un ambiente satisfactorio sólo mejorará la motivación de los estudiantes para aprender y tener éxito.
Aunque es responsabilidad de los profesores generar la motivación adecuada en sus alumnos, no es tan fácil. Por ello, los profesores y los instructores deben aprender por sí mismos todo lo que necesitan hacer para lograrlo de manera eficaz.
Los profesores no necesitan ser psicólogos, todo lo que necesitan es conocer a sus estudiantes, amar su trabajo y abordar los problemas no como desafíos u obstáculos, sino como necesidades a superar en el camino que harán que sus estudiantes prosperen.
Referencias: